jueves, 5 de diciembre de 2013

Ya están aquiiiiiiiiiii... (léase con la voz de la niña de Poltergeist)


Sí, sí, sí...
ACEPTAMOS
Así que os invito a todos a que acudáis a la presentación de mi nueva novela, el próximo sábado, 14 de diciembre, a las 19:00 horas, en la LIBRERÍA LÉ, del Paseo de La Castellana, 154.- de Madrid.
Tengo unos presentadores de LUJO.
Soy tan Lagartona que me los he "pillado" para yo no tener que decir nada.
Sólo me limitaré a "ruegos y preguntas"...
Ruegos: "¡¿Por qué no nos dejas ya salir de aquí?!"
Preguntas: "¡Pero, ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cómo me han engañado para venir hoy?"
En fin, ya sabéis que estáis cumplidos, jiji... no os obligaré.
Besos gordos,
Miriam L.

lunes, 2 de septiembre de 2013

ANFITRIONES MAL REMUNERADOS



[Fotografía de Paco Díaz]

Cada vez que voy a la playa, me arrepiento de haber ido.

Si vas al Mediterráneo te torras y si te metes en el agua… te da la sensación de estar sudando. Te sientes lo mismito que un garbanzo “haciéndose hueco” en el caldo de un cocido.

Si vas al Cantábrico o al Atlántico… la cosa empeora notablemente. 

Sobre todo si hace el mismo calor que nos ha hecho últimamente en Galicia. (Que ni Galicia es ya lo que era, ¡carajo! Que a España ya no hay quien la conozca). Ni una nube, ni atisbo… por lo que también te sientes como San Lorenzo en la parrilla (boca arriba, boca abajo, boca espalda, boca tripa, boca lado…) y, cuando ya no aguantas más y echas a correr al agua… Aiiiinnnnsssssss ¡¡Qué horror meter la punta del dedo gordo del pie a quince o dieciséis grados!! (vamos... que te das la vuelta sin haber "fichado")

Pero lo peor de todo no es el agua-sopa ni el agua-antártica… ni siquiera la elevada o baja temperatura ambiental. Tampoco el viento de Levante que azota la piel como una madre cabreada. Ni tan siquiera que la arena inunde la bolsa, ponga perdidas las toallas, se te meta hasta en sálvese la parte o forme una mezcla nauseabunda con el aceite del bronceador que no lo quita ni un estropajo de níquel.

Lo peor son los vecinos.

Si no se te plantan ante tus narices los domingueros con la mesa de camping, las sillas, las tumbonas, las neveras, las veinticuatro sombrillas, la suegra, el canario y el perro; los cinco enanos cojoneros que no hacen más que corretear y sacudirte arena a los morros haciendo excavaciones y túneles, puentes, acueductos, castillos y otras infumables construcciones que harían estallar, de nuevo, la burbuja inmobiliaria; gritarte en todo el orejo justito cuando tú quieres dormir la siesta y llenarlo todo de basurita… se te ubican los quince canis con sus novias chonis de periferia con el “loro” cargado con el cedé del “apestoso-mix” a 1000 decibelios.

Y eso no es todo.

Resulta que el mayor enemigo de todos estos “vecinitos” son las gaviotas, mira tú por donde. Las pobres mías, tan discretas y tan educaditas que ni pían ni mían, ni llevan artilugios, ni música molesta, ni cotorrean a gritos, ni te hacen masticar arena, ni ensucian ni nada.

En todos y cada uno de los grupos de “fauna” citados siempre hay un “orangután” (macacos legañosos en caso de cachorros) o una “bigfoot” (titís en caso de crías) que se pone en pie, de un salto, ante las sufridas aves y corean como si fueran el abominable hombre de las nieves (o de la arena): “¡Grrruaaarrrrrr! ¡Fueraaaaa, laaargooo de aquiiiiiiiiiií!”

Pero, ¡coño! (ejem… perdón… ¡Antoño!) ¡¡Si SON ELLAS LAS QUE ESTÁN EN SU CASA y somos nosotros las inoportunas visitas que inundan su hábitat y su espacio!! Luego me vendrán con los cientos de miles de asociados a O.N.Gs del tipo “Salvemos A Las Ballenas”, “Contra El Maltrato de los Tiburones”, “Matemos A Todos Los Toreros y Bailemos Sobre Su Tumba”, “Evitemos que Los Chinos Se Zampen Perros”, etc… etc… etc…

Ya lo pongo en duda, la verdad. Porque si tienes que abonar una cantidad de dinero a una ONG o una asociación, molestarte en recibir información y leerla, hacerla extensible y divulgarla, recopilar firmas, enviar cartas, hacer trámites… y no eres capaz de comportarte EN UNA MISERABLE PLAYA como un ser humano normal y corriente de forma TOTALMENTE GRATUÍTA y CÓMODA… ¿cómo pretenden que me trague esa bola?

Así que si queréis que todas las miradas se claven en vuestra persona con la intención de asesinaros sin dejar rastro o que, incluso, os caiga alguna bronca gorda, lo único que tenéis que hacer es guardar un poco de pan o de las sobras de la comida y lanzárselo a las gaviotas en la playa.

Por lo que respecta a mí, me encanta practicar este deporte, sobre todo porque lo de tirarse bajo el sol sobre la arena sin hacer nada más es bastante aburrido. O leo, o escribo o… practico el “toca-peloting” con las gaviotas. Os animo a que os adiestréis en esa técnica… como os digo, es mucho más barato que el tenis, el paddle, el golf, el esquí o el surf.

miércoles, 17 de julio de 2013

La pesca (¿Deporte... de riesgo? Sí, para los papás y las mamás)



El niño me salió algo “inquieto”.

Cuando era pequeño me lo diagnosticaron hiperactivo (afortunadamente, se equivocaron). Era todo un cuadro ver la cara de mis amigas cuando venían a visitarme a casa.

El nene gateaba por todo el salón hasta la casita del perro; se metía en ella; sacaba la chuleta de goma con pito, la apretaba haciéndola sonar; la tiraba; volvía corriendo al sofá; saltaba sobre él unas mil quinientas veces… se dirigía al interruptor de la luz, lo encendía, lo apagaba; lo encendía, lo apagaba; lo encendía, lo apagaba; se hacía un sprint hasta la cocina; metía la cabeza en la lavadora; daba unos cuantos grititos flipando con el eco de su voz… abría la nevera; me sacaba las botellas…

—¡Qué mono! —Decía Chus totalmente “ojiplática”, antes de esbozar un empático pucherito: —Pero, ¿cómo puedes soportarlo?

A duras penas, mire usted.

Ese cabroncete era ¡¡El único bebé con ojeras que he conocido en toda mi vida!! Me daban las dos de la mañana, con él en brazos, cantándole nanas (y él desgüevao de la risa), y, hasta un día en que teníamos fiesta en casa, el niño trepó por los barrotes de la cuna y se tiró al vacío de cabeza, regalándose un bonito chichón.

Un horror… un horror todo… sobre todo, lloriquear suplicando en la guardería:

—¡Por favor, no lo pongáis a dormir la siesta!
—Pero, ¿qué siesta? —Se sorprendían ellas. —En la última, por ejemplo, lo hemos estado rodando en vídeo porque cogió una sartén y una manzana y hacía el saque de tenís con un gritito súper-profesional, como Nadal, ¡Qué gracioso!

Muy gracioso, síp.

El caso es que, contra todo pronóstico, a la hora de dar “el callo” el “gracciosso” se convirtió en un vago de órdago. Vamos, ¡más vago que la chaqueta de un sereno! (pidan referencias, si no me creen, en el colegio)

Ahora, su padre lo llama el tío “Kienme” (“¿Quién me coge la Coca-Cola?”, “¿Quién me lleva la mochila?”, “¿Quién me lleva los esquís?”, “¿Quién carga con la tabla de surf?”, “¿Quién me trae una toalla?”, “¿Quién…?”)

Eso digo yo: ¡¿Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza?! ¡¡QUIÉN!! (Especialmente, este veranito, estudiando con él, que parece que sea servidora la castigada)

Ahora, es más de hacer “musculatura” con los dedos para jugar a la PlayStation. Que digo yo: en un término medio está la perfección. Y, el pasado verano, mira tú por donde, tuvimos una gran idea. Al niño le llamaron la atención los pescadores de San Vicente de la Barquera. Su papi le compró un kit de pesca y, ¡hala, a pescar!

Sin ánimo de ofender a los pescadores, ¿de verdad, tienen ustedes la cara de llamar a eso “deporte”? Vamos que, en mi humilde opinión, y dada la vagancia supina del chavalín, ¡no le podía ir más al pelo! Estarse las horas sentadito, con los... “esos” bien apoyados, esperando que algún pez despistao muerda el anzuelooo... Ahora que, también tendrá tiempo de hallar paz, calma y equilibrio, ¿no? No debe estar tan mal.

La tragicomedia se nos planteó en el momento en que compramos cebo vivo. Ver a su padre, cogiendo los gusanos era todo un show: —¡Igggs… aiiiich…. Nene… ¿Dónde está tu tío? ¿Ha dicho que veníaaaa? ¡Argsss! ¡Beeeggg!

El primer día de pesca (es vago pero afortunado) ¡Pescó una sepia! Tan contentos nos pusimos. ¡El chico se la cenó! La sepia no daba para todos, claro está. Era lo mismo que poner una albóndiga para ocho comensales.

Y el segundo, la pesca no llegó a casa. La suerte del principiante hizo que picara un pulpo. Aquel pulpo era Paul o uno de sus descendientes. Todo un superviviente. Un luchador nato. Se puso a tirar como un loco de la cuerda, tratando de huir. El espectáculo que estaban dando (el muchacho, el tío y el padre) tirando de la caña, hizo que todo el mundo alrededor se pusiera a observarlos (esperaban, fijo, a Nessi, fugado de el Lago Ness). Enseguida, vino el pescador benefactor que les ayudó a capturarlo.

Lo malo es que la pesca del pulpo, ¡estaba prohibida!. Así que, le regalaron la pieza al “asistente de pescadores pardillos” y el tipo se la echó a la mochila, como unas castañuelas.

La risa floja nos dio a todos cuando nos imaginamos si se llegase a encontrar con la policía y al pulpo le diera por asomar los tentáculos fuera del petate. "¿Algo que declarar?" "Pues, nada mire usté, aquí paseando... buen tiempo, ¿eh?"

La tercera vez ha sido en el Pantano de Valmayor. De algo estoy segura: mi costilla es un buen padre. ¡Tirarse las horas muertas bajo el sol en una meseta que más que a la Mancha se parece al desierto del Sahara y aguantando a cuatro monstruos! Ya le vale, ¡pobre hombre! (yo, en la piscinita, tan ancha y fresquita) Ni sé como no le dio el sarampión.

Y la pieza, en esta ocasión: un señor Lucio de 60 centímetros.

No me extraña que haya gente por ahí que prefiera hacerse vegetariana. El Lucio (un bicho feo, feo, feísimo donde los haya) ¡¡venía con vida!! Pero…, ¿a nadie se le ocurrió la idea de liberar al animal de ese sufrimiento?

—Yo he dicho que le tiráramos una piedra a la cabeza, te lo juro…
—¿Y para qué llevamos la navaja? ¡Lo teníamos que haber apuñalado!

Escucharlos hablar… ¡¡daba grima!!

Y, ahora, venía lo peor: ¿Quién meeeee………. ¡lo cocina!?

¡Aaaarrrggg! Mira que les dije que yo, como Antonio Recio, que SOY MAYORISTA Y NO LIMPIO PESCADO.

En fin…, hace dos noches que el pobre Lucio (¡Dios lo tenga en su gloria!) forma parte de nuestro organismo. Marinado, durante tres horitas, con aceite, vinagre, sal, pimienta, anchoas, alcaparras, el zumo y la rayadura de un limón, un chorrito de vino blanco y al horno.

A ver si para la tercera pesca... ¡¡me traen el sireno!!

jueves, 4 de julio de 2013

Cachi... ser o cachi no ser... he ahí el dilema de LA CACHIMBA. (Cachi la compro)



Como los gobernantes de este país no han tocado demasiado los clarinetes ya, pues piensan un poco más y ¡Zas! ¡Nos anuncian que, en breve, nos van a volver a subir el tabaco y el alcohol! (y ya, de paso, la luz, el gas y otras cositas más)

Digo yo si esta gente habla con los de “Coca-Cola” o ven en la tele los anuncios. Porque resulta que en esta gran compañía estaban por la labor de animarnos a todos a ACUDIR MÁS A LOS BARES y de convencernos de que LOS POLÍTICOS NO SON TAN MALOS (¡pobres incomprendidos!) ¡Mira que son bonitos los anuncios, leche! Pero, claro, tan bonitos (o tan reales) como una peli de Disney.

Bien… pues resulta que no voy a tener que dejar MI ADICCIÓN AL CHINCHÓN y al tabaco por cuestión de salud… ¡¡Es que voy a tener que dejarlos porque si no, no voy a poder comer por falta de dinero!!

Así que, dándole a la olla y dándole un poco más, me he propuesto: ¡¡COMPRAR UNA CACHIMBA!! E ir rellenándola de algo inocuo para ir dejando el vicio. He ido al estanco y pregunto al estanquero:

—Ni idea, chica… aquí los jovencitos me las compran pero… dudo yo que las rellenen de té.
—¿Y no vienen instrucciones dentro?
—Pues no, viene la cachimba y ya está.
—¡Jorobas! Y, ¿cómo me entero yo?
—Míralo en internet.

Y es que, en este país, cada vez somos más dados a CONSULTARLO TODO EN INTERNET.

“¿Se echa ajo al gazpacho?”: míralo en internet. “Parece que al chucho le baila un poco la cadera”: míralo en internet. “¿Cuántos años tenía Sharon Stone cuando rodó Instinto Básico?”: “los tuyos”. “¡Y una mierda!”: pues míralo en internet. “Últimamente me siento inflada”: míralo en internet…

Me sumerjo en ese maravilloso mundo de Google donde te presentan miles de opciones varias y diversas al tema “CACHIMBA”.

“Cachimba, definición”; “Cachimba de indio cabreao”; “Sorteo en ebay de la Cachimba de Toro Sentado”; “Como meterle a tu jefe una cachimba por el culo y soplar”; … / …

Afino los datos de la búsqueda. “Como preparar una cachimba sin tabaco”

Y me dirijo a un blog. Me he muerto de la risa, no sé si os hará gracia pero pincho, copio y pego la consulta y las respuestas:

CONSULTA:
“Hola a todos,
Tengo 14 años y mis amigas y yo hemos pensado en empezar a fumar. Pero, claro, nos da un poco cague que nos vaya a dar algo al pulmón así que hemos decidido comprar una cachimba y fumar solo agua perfumada. ¿Sabéis si eso es malo? Por favor, astenerse de dar respuestas estúpidas: esto es un tema muy serio.”

1a RESPUESTA:
“Anda y cómprate un perro, niña. ¡Con la de cosas que se pueden hacer y se te ocurre ésa!”

2a RESPUESTA:
“¿Agua perfumada? Chupa el frasco de colonia”

3a RESPUESTA:
“Con agua perfumada no la he probado pero si la rellenas de semen está de lujo, tía.”

4a RESPUESTA:
“Lo del semen es peor. No afecta al pulmón pero sí a la vagina. Y si es por vía oral, ¡lo mismo pillas una caries!”

5a RESPUESTA:
“¿Y preguntas si es malo fumar? No, mujer, no. No seas tan cagona. Eso es una leyenda urbana.
A ver si te da cague fumar, ¿para qué cojones te compras una cachimba?. Fumar envejece la piel, te da cáncer, se te ponen las uñas amarillas, te apesta el aliento, se te caen las tetas…

6a RESPUESTA (DE LA CONSULTANTE):
“Gilipollas, me da cague el TABACO, por eso pregunto si se puede rellenar de otra cosa aromática.”

7a RESPUESTA:
“Si metes un zurullo y le prendes fuego también tiene un buen aroma.”

8a y última RESPUESTA (DE LA CONSULTANTE):
“Aki la gente se cree muy guay con esas respuestas.”

Así que, ahí va mi conclusión: ¡¡QUE LE DEN POR EL CULO A LA CACHIMBA!! Me gastaré el dinero en chicles.

lunes, 22 de abril de 2013

Simulacro de "Viaje-Excursión con el colegio"


Creí que, después de aquella tarde en que mi “pequeño” había quedado con amigos para conocer a unas chicas en un VIPS (allá donde Cristo perdió la chancla) y tuve que “hacerme la desconocida”, caminar por la calle 200 metros tras él y, luego, sentarme en una mesa apartada y recóndita para tomarme un batido de chocolate, “para que no me lo secuestraran”… ya no podía caer más bajo. Pero sí. ¡¡ES POSIBLE!!


Resulta que el niño tenía un viaje a Piedralaves (Sierra de Gredos, Ávila) con el cole… y que salía hoy a las nueve menos cuarto, en un autocar que los recogería en la calle Alfonso XII, muy cercana a la del colegio (C/ Bonetero).

Ayer la “preparación” de la maleta fue toda una odisea: que si pantalones cortos para hacer deporte, que si largos por si hace frío, que si camisetas (tanto de manga larga como corta) para todo tiempo, que si camisas (por si salen por ahí por las tardes) que si los vaqueros, que las chanclas, que el polar, que la sudadera, que el chubasquero (por si llueve), que si dos pares de zapatillas, que… ¡Ay, justo el pijama que le gusta está sucio! —“Hala, pues lo lavo en un pis pas”… neceser, linternas, (pilas para las linternas) ¡Cantimplora!, gorra, bronceador… En definitiva: ¡¡ALLÁ PARA LAS DOCE DE LA NOCHE, LO TENÍA TODO PREPARADO!!

Su padre está en Kiev, durante toda esta semana… y el niño fuera hasta el viernes… ¡Jo, que gustazzzzo, yo me las prometía muy felices!

Bien, pues hoy… ¡¡A LAS SIETE Y MEDIA YA TENÍA LOS OJOS COMO PLATOS PARA VER CUÁNDO SONABA EL DESPERTADOR!! (Añado y apunto que el resto de los días tienes que estar a grito pelado por toda la casa para despertarlo).

Como soy (en el fondo) una “romántica” (bueno, lo que soy es gilipollas perdida) voy y le digo que los chuchines van a venirse conmigo para despedirlo… Y a él (tan gilí como su madre) le parece bien… ¡O le da lo mismo!, el caso es que me dice que “guay” (puede ser que para que me callara de una vez)

¡Hala, allá que vamos Piedralaves!: Coge maleta del niño, coge mochila, coge bolso, coge trasportín para “ocultar” a los perros en el transporte urbano… Y, al fin llegamos.

—¡Qué raro!, ¿no? —Se extraña él. —No ha llegado nadie.
—Bueno…, no pasa nada… —Lo calmo yo. —Ahora vendrán…
—…
—…
—Mira que siiiii… —Me mira con “esa carita” que me hace echarme a temblar.
—¡¡¡Que si qué!!! —No ha sonado a pregunta. Ha sonado a “¡Mátame, por favor!”
—Que siiiii… era a LAS OCHO Y CUARTO cuando teníamos que venir.

La película del resto del día se “bobina” (no sé si es éste el antónimo de rebobinar) a cámara veloz en mi mente: —Coge mochila, coge maleta, coge perros, coge bolso, coge trasportín, tira millas para la estación de Chamartín, coge tren… busca Piedralaves… y busca una excursión de colegio en “alguna parte”…
¡¡Tira al niño del tren!!,
Oculta las pruebas…
Sal pitando, coge perros, coge bolso, coge trasportín, vuelve a tomar otro tren de regreso a Madrid…
Hazte la loca, si te preguntan…

Va…vavava… vava… vamos a la puerta del cole, anda, a ver si vemos algo. —Decido, al fin.

Cuando no quedan apenas cincuenta pasos para llegar a la puerta, escucho a mis espaldas, la voz de un muchacho (más o menos de su edad):

—¡Lázaro, la has pifiao pero bien! ¡Que no era hoy, mente fría!… ¡¡¡Que es mañana!!!
—… —Yo pienso que no he debido escuchar bien, obviamente y me doy la vuelta para mirar al chaval.

Y ahí sí que ya pienso que he debido de perder la chaveta del todo porque al “niño” ¡¡¡Lo VEO DOBLE!!!

Y resulta que sí, que el niño no es uno, SON DOS, (gemelos idénticos) y que, EXPLICÁNDOLO MÁS PAUSADAMENTE (para que lo entendamos): ¡¡¡ES MAÑANAAAAAAAAAA!!! Evidentemente, ellos van uniformados y el niño lleva un look festivalero (con gorrita incluido) de ¡¡¡No te menees!!! Más o menos iba con una pancarta de 10x10 m diciendo “YO ME VOY A PIEDRALAVES, SÍ O SÍ Y AQUÍ LA MEMA DE MI MADRE ME ACOMPAÑA A DESPEDIRME CON LOS CHUCHINES”.

—Pues, lo siento, chatos… —Digo muy seria. —Pero sabéis demasiado… Si no mantenéis el pico cerrado… ¡Voy a tener que mataros!
Ttttt… tr… tranquila, tranquila. —Apacigua los ánimos uno de ellos antes de dirigirse al “mente fría”: —¡Lázaro huye! ¡Huye antes de que te vean!

Coge maleta del niño, coge mochila, coge bolso, coge trasportín, dirígete a la parada del bus y allí ya… me he dado cuenta de que ¡¡BOB ESPONJA Y PATRICIO EXISTEN!! Nos ha dado a los dos la risa floja y hasta hemos sido capaces de ver el lado positivo:

—Bueno, Jaime, hoy hemos hecho el “simulacro de viaje”… Ya hemos visto que somos capaces de llegar a tiempo.

Lo que no he tenido han sido “fuerzas” para explicar al tutor, en una nota, el por qué hoy el chico ha llegado tarde al cole. Podía haber puesto la postdata aquella del “una hace lo que puede pero, si le ponen zancadillas… yaaaaaa…