sábado, 13 de noviembre de 2010

Historia de una Navidad interrumpida



----Mamá..., ¿es verdad que los Reyes Magos sois los padres? ----parecía sonreír, pero intuí un sentimiento amargo en su mirada. ----Es que todos los niños de mi clase lo dicen.

"Tierra trágame" ----pensé e, inmediatamente después, lo abracé y lo senté en mi regazo.

Acto seguido, noté que se derrumbaba, como si, de repente, hubiera previsto mis próximas palabras. Pero me encanta descolocarlo. Así que le conté la historia, desde el orígen.

----Cuando los Reyes Magos ofrecieron sus regalos al niño Jesús, él se puso tan contento que rió, sin parar, y le brillaron mucho los ojos. Ellos se sintieron tan satisfechos que se emocionaron en silencio. Al fin, Baltasar dijo: 'Es una pena que no podamos hacer regalos, en esta noche, a todos los niños de la tierra.' '¿Cómo podríamos?', preguntó Melchor. 'Es imposible que en una noche pudiéramos llegar, a tiempo, a todas las casas'. Entonces, Gaspar, atusando su barba, habló: 'Bueno, sabemos qué va a ser este niño cuando sea mayor. Será un gran hombre. Él merece nuestros regalos, pero no todos serán buenas personas. Sí podríamos entregar presentes, si sólo lo hacemos a los buenos niños, a los que, realmente, los merecen'. Baltasar no podía creer lo que acababa de escuchar y, tras reír la ocurrencia, respondió con otra pregunta: '¿Y cómo vamos a saber quién se porta bien y quién mal?'. A Melchor se le ocurrió una idea genial: 'Tendríamos que poner, al menos, dos pajes al servicio de cada niño. Dos guardianes que supieran si los niños son buenos o malos'. Baltasar volvió a sorprenderse de la inocencia de aquel par de viejos chiflados: 'Pero..., vamos a ver..., ¿cómo podríamos pagar aquello?. ¿Os habéis hecho una ligera idea de la cantidad de niños que pueblan la tierra?. Y, cuando muramos, ¿quién va a ser capaz de seguir pagando a aquellos infelices?...

Jaime escuchaba mi historia, sin pestañear, dejándose acurrucar al calor de mi abrazo.

----Y, entonces, Melchor dijo: '¡ya lo tengo! ¿qué mejores guardianes que dos personas que van a estar al lado de cada niño, desde que nace hasta que abandona el hogar?'. Baltasar y Gaspar se encogieron de hombros y callaron esperando la respuesta. '¡Los padres!', gritó él. 'Los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos como hombres y mujeres de bien. Ellos cuidarán de que sus herederos aprendan sus lecciones. Ellos habrán de ser los que premien, o castiguen, a los niños. El regalo que cada pareja otorgue a sus descendientes, servirá de premio para todos. Al fruto de su unión, por portarse bien y a ellos, que al verlo disfrutar con los juguetes, sentirán la misma felicidad que sentimos nosotros ahora y de esa forma, sabrán que lo han hecho bien'. Y, desde entonces, se juraron hacer llegar a todos los rincones de la tierra el mensaje, hasta que murieran. Y a todos nos dejaron este hermoso legado que ha ido transfiriéndose, de generación en generación. Les fue muy fácil, porque los tres llegaban de distintos puntos de Oriente y aprovecharon sus viajes para transmitírselo a todos los que conocieron. Y éstos, a su vez, a sus amigos, vecinos, familiares...
----...
----A ti también te ha llegado ese momento: El día que seas padre, tendrás que guardar este secreto, y hacerle llegar a tus hijos los presentes que los Reyes Magos quisieron que recibiera, de su parte, si se portaran bien.

Jaime ha dejado de hablar y una pátina enluce las niñas de sus ojos.

----¿Tú crees en Noé, Abraham, en David, Moisés, en Jesús, en Dios?
----Sí. ----La voz se le ha quebrado.
----Pues también creerás en los Reyes Magos, ¿no?
----Claro, eso les dije a mis compañeros...
----Yo también creo. Yo, una noche les pedí que me trajeran un niño como tú. Un niño sensible y especial. Un niño, algo vaguete, pero buena gente. Un niño al que quisiera tanto como te quiero a ti.


Y algo tuve que hacer bien, en esta vida, porque me lo concedieron.

Desde entonces, nunca les pido nada para mí. Siempre lo hago por los demás. Me da tanto miedo no merecer todo lo que tengo a mi lado que prefiero pasar inadvertida.

Estas navidades serán distintas, pero no pienso rendirme. Haremos tres turnos para dejar nuestros regalos, con la firme promesa de no "cotillear" en los paquetes del "ajeno". Supongo que podré disfrutar de él, alguna tarde, para comprar las cosas para los demás, o para los chuchines. ¡Y seguiremos comiendonos el turrón y bebiendo las copitas!.

Esa noche seguirá siendo mágica, porque no pienso conceder a ningún cretino el poder de matarnos la ilusión. Porque yo también creo. Porque sigo creyendo.

Y, ahora quiero recordaros a todos ese legado. Y, para comprobar que lo habéis leído y que habeis entendido el compromiso, sólo os pido una cosita muy pequeña: Que en vuestros muros del facebook escribáis: "YO TAMBIÉN CREO". Muchas gracias y feliz navidad por anticipado.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Presentación nueva novela ¿Y para qué quiero enemigas?

Y, mientras sale del horno la próxima entrega y contesto a vuestras cartas, ahí os dejo un "consejo" publicitario...

martes, 2 de noviembre de 2010

miércoles, 7 de julio de 2010

Seguidme en facebook!!!!

Necesito días de 36 horas (sigo diciéndolo) así es que, si me pinchais en facebook "Miriam Lavilla" veréis que, todos los días me esfuerzo en escribir alguna chorrada en la página de "Aceptamos marido como animal de compañía"... apenas me da tiempo a entrar en el blog. Millones de gracias